Características y riesgos específicos
La vía de administración es un factor tan importante como la dosis o el tipo de sustancia. La administración de ciertas sustancias puede ser segura por ciertas vías, pero pueden no serlo si se utilizan otras. Los efectos, los riesgos, la duración, la absorción y otras características de la sustancia pueden variar según la vía de administración y sustancia usada.

Oral
Por lo general, las drogas que se pueden administrar por vía oral tardan un tiempo en hacer efecto. Tienen que ser completamente absorbidas en el estómago o el duodeno, pasar por el hígado (donde se produce un primer filtro) y llegar al cerebro.
Este proceso puede durar entre 45 minutos a más de 2 horas, según lo lleno que esté el estómago y otras circunstancias. La duración de efectos por esta vía también suele ser más amplio. Pese a lo descrito, la aparición de los efectos en algunas sustancias consumidas por esta vía, como el GBL, aparecen a los pocos minutos debido a que su absorción se produce a través de las mucosas.
Conviene esperar lo suficiente antes de consumir la siguiente dosis, ya que, si no ha hecho efecto la anterior, los riesgos de sobredosificación son importantes. Otro aspecto a tener en cuenta durante la dosificación es que la duración de los efectos de las sustancias, por lo general, tienen mayor duración por esta vía. Este consejo es particularmente valioso si no se conoce con exactitud la composición o pureza.

Esnifada
Por lo general, es una vía de acción rápida, en la que los efectos aparecen a los pocos minutos, pero también desaparecen con anterioridad. Cuanto menor sea el tiempo de duración de los efectos por esta vía, mayor probabilidad de que la persona haga un uso compulsivo, los problemas relacionados con la dependencia son más frecuentas que la administración oral. Esto no implica que la sustancia sea la responsable de este tipo de consumo, esta contribuye, en aquellas personas que por un malestar emocional de trasfondo, al aumento del riesgo sobre la gestión del consumo.
Es posible la aparición de problemas locales, sobre todo si se ha usado mucha cantidad o se consume con frecuencia. La congestión nasal y el sangrado tras sonarse son frecuentes. En casos más graves puede haber infecciones o perforaciones del tabique nasal. Una serie de medidas permiten disminuir estos riesgos:
- Pulverizar bien la sustancia antes de su administración. Además de evitar heridas, se facilita la absorción a través de las mucosas.
- Se recomienda alternar ambas fosas nasales para evitar utilizar siempre el mismo orificio nasal.
- Emplear una superficie limpia como base. Evitar las tazas de los váteres o objetos poco higiénicos, como los dispositivos móviles.
- Irrigar las fosas nasales con suero fisiológico (o agua templada) después del consumo o al cesarlo. De esta forma, se evitan restos desaprovechados y posibles rebordes no deseados.
- Evitar el uso de objetos poco higiénicos, como los billetes, para esnifar Utilizar un turulo (cilindro para inhalar) individual, limpio y desechable para evitar el uso de objetos poco higiénicos, como los billetes. Una pajita cortada o un papel limpio son suficientes.
Este último consejo es particularmente importante. El Virus de la Hepatitis C (VHC) se ha detectado el virus en billetes y otros materiales usados para la inhalación. No hay pruebas claras de que pueda transmitirse al compartir cilindros de inhalación (turulos). Pero sí está claro que algunos patógenos se transmitan por fluidos nasales (p.ej: los virus del catarro común o de la gripe) por lo que usar un propio turulo debería ser una norma de higiene básica.

Fumada
La vía fumada tiene una acción más rápida que las anteriores. La duración de los efectos, por lo general, suele ser menor. Los efectos obtenidos por esta vía dependerán de cómo la combustión influye en la absorción. Las bases, como el DMT, tienen una absorción por esta vía que permiten obtener en una dosificación el efecto deseado. En cambio, algunas sales se destruyen, como la cocaína, o son absorbidas parcialmente, como la metanfetamina. Otras drogas como el cannabis se administran fumadas mezclándolas con tabaco.
El consumo de sustancias que se absorban parcialmente por esta vía pueden facilitar o dificultar la gestión del consumo. En sustancias, como el cannabis, es una vía que puede facilitar su gestión en comparación a la oral. En otras se complica, según la necesidad de tomar otras dosis para tener los efectos deseados. No identificar en qué dosis se obtienen los efectos buscados, implica la existencia de un azar que puede aumentar, con mucha facilidad, la compulsión del consumo.
La combustión produce sustancias tóxicas que pueden dar lugar a bronquitis crónica o cáncer de pulmón, entre otros. Aunque en esta web no se hace referencia al tabaco de forma específica, conviene recordar que es la droga que más problemas produce en Salud Pública.
Otras sustancias (metanfetamina, cocaína en base, heroína…) no pueden fumarse mezcladas con tabaco, ya que, se destruyen. Es necesario utilizar métodos de consumo (pipas de cristal, papel de plata…) que las lleven a estado gaseoso a menor temperatura.

Intrarrectal (Booty Bump)
Algunas drogas se pueden administrar como enemas, disueltas en líquido y con una jeringuilla sin aguja.
La administración por esta vía se produce por las mucosas, que absorben líquidos o sólidos que puedan disolverse, como los supositorios. La aparición de los efectos es variable y depende de varios factores, como el volumen de líquido introducido, del contenido del recto (como lubricante) y de la capacidad de la persona en retenerlo. Si se administra correctamente, los efectos deseados aparecen con mayor rapidez y facilidad al evitarse el paso por el hígado.
Se recomienda utilizar una jeringuilla pequeña, bien lubricada e introducirse con cuidado para evitar heridas o lesiones. Para una adecuada administración, es preferible esperar a que la sustancia se disuelva completamente y usar un volumen de líquido pequeño, entre 1-2 ml.
Por lo general, se considera una vía de administración segura, por sus características es una alternativa más segura a la vía intravenosa. Pero no está exenta de riesgos:
- Evitar dosis sucesivas, en un período breve tiempo, facilita obtener los efectos deseados y reduce la aparición de los no deseados.
- Su uso debilita la mucosa anal, facilitando la transmisión del VIH/ITS. La sensación de irritación se incrementa si se emplean sustancias corrosivas, como el GBL o algunas catinonas (mefedrona, 3-MMC, etc.).
Intravenosa (slamming)
La vía de administración intravenosa es, con diferencia, la que mayores riesgos implica. Los problemas asociados suelen ser frecuentes y, debido a la técnica intrusiva que implica, su gestión de riesgos es complicada. Una mala técnica de inyección puede producir abscesos locales, colapsos en las venas o tromboflebitis.
La absorción es completa, debido a la introducción directa de las sustancias en el torrente sanguíneo que, primero, alcanzan a los pulmones y luego al cerebro, sin ningún filtro. En comparación con otras vías, su margen de seguridad es más estrecho, debido a la menor cantidad de sustancia necesaria para obtener los efectos buscados, aumentando el riesgo de sobredosificación. Por otro lado, la aparición casi inmediata de los efectos y menor duración de efectos, incrementan la probabilidad de problemas relacionados con la dependencia.
Las venas de los antebrazos suelen ser las zonas más seguras. La inyección en las arterias produce dolor y debe evitarse por el riesgo de embolia que implican.
El material a utilizar debe de ser estéril y de uso personal. Hay que desinfectar la zona antes de la inyección, emplear una jeringuilla del tamaño adecuado y desecharla correctamente después de su utilización.