Metanfetamina (tina)
EstimulanteLa metanfetamina es una sustancia estimulante del Sistema Nervioso Central (SNC) conocida popularmente como tina, crystal meth, ice, tweak, crank o shabú. Es una sustancia que en cantidades pequeñas produce efectos considerables durante un largo período de tiempo. También es una sustancia más difícil de gestionar su uso, especialmente cuando se vaporiza en pipa de cristal o por vía inyectada.
Propiedades
Presentación
La metanfetamina se encuentra principalmente en forma de clorhidrato, que aparece habitualmente como cristales blancos o semitransparentes. También puede presentarse en forma de polvo o pastillas, aunque este último es menos frecuente. No presenta olor y su sabor es amargo.
Composición química
Pertenece a las fenetilaminas, un grupo químico de sustancias caracterizadas por sus efectos estimulantes, entactógenos y, en algunos casos, psicodélicos. Más concretamente, se clasifica dentro de los estimulantes de tipo anfetamínico (ATS).
La metanfetamina está compuesta por dos enantiómeros. Los enantiómeros son moléculas químicamente idénticas, pero que se comportan como imágenes especulares (como la mano derecha respecto a la izquierda). Esta diferencia en la orientación tridimensional de la metanfetamina genera cambios significativos en sus propiedades psicoactivas:
- Dextrometanfetamina: responsable de los efectos psicoactivos.
- Levometanfetamina: con efectos principalmente periféricos, es decir, actúa principalmente sobre el cuerpo (no coloca).
La metanfetamina en el mercado no regulado puede contener uno de los dos enantiómeros o ambos, dependiendo de la ruta y el método de síntesis empleado [1].
Usos médicos autorizados
Actualmente, la metanfetamina farmacéutica sigue estando aprobada en algunos países bajo el nombre de Desoxyn®, para usos terapéuticos específicos como el tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y, con menor frecuencia, la obesidad mórbida [2]. La levometanfetamina, por su acción periférica, se utiliza en algunos países como ingrediente en descongestionantes nasales de la marca Vicks® [3].
Mecanismos de acción
La metanfetamina es una sustancia que actúa como estimulante del sistema nervioso central (SNC). En comparación con la anfetamina (speed), la metanfetamina posee una mayor capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica, haciendo que una mayor concentración de la sustancia alcance el cerebro con mayor rapidez.
La metanfetamina actúa en el SNC mediante los siguientes mecanismos:
- Liberación masiva de dopamina, neurotransmisor implicado en la motivación, el placer, el aprendizaje, el refuerzo de la conducta y la regulación del estado de alerta.
- Liberación de noradrenalina, neurotransmisor y hormona asociada al estado de alerta, la respuesta de lucha o miedo y la función cardiovascular.
- Liberación, en menor medida, de serotonina, neurotransmisor involucrado en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el apetito y la respuesta emocional.
- Bloqueo de la recaptación de dopamina y noradrenalina, lo cual prolonga la presencia de estos neurotransmisores en el cerebro, intensificando y extendiendo sus efectos.
- Inhibición parcial de la monoaminooxidasa (MAO) en dosis altas, lo que ralentiza la degradación de dopamina, noradrenalina y serotonina, extendiendo aún más su efecto [4].
Efectos deseados de la metanfetamina
Efectos deseados generales
- Euforia y excitación.
- Incremento de la energía física y mental.
- Mayor sociabilidad.
- Mejora la atención, la concentración y el rendimiento cognitivo.
- Incremento del estado de alerta.
- Reducción de la fatiga.
- Aumento de la motivación, incluso en tareas repetitivas.
Efectos deseados en contextos sexuales
La metanfetamina no tiene propiedades afrodisíacas en sí misma, pero se considera una chem. En contextos sexuales puede generar efectos que modifican la experiencia sexual [5, 6, 7]:
- Desinhibición sexual y mayor disposición a experimentar nuevas prácticas sexuales.
- Incremento del deseo y excitación sexual.
- Intensificación del placer y del orgasmo.
- Prolongación de las prácticas sexuales.
- Mayor intimidad.
Dosis-efecto
Además de la cantidad consumida y la pureza de la sustancia, existen múltiples factores individuales y contextuales que condicionan los efectos y la experiencia de la metanfetamina:
Absorción de la metanfetamina
La cantidad efectiva de metanfetamina que el cuerpo absorbe depende de su biodisponibilidad, es decir, del porcentaje de sustancia que llega al torrente sanguíneo y produce los efectos deseados.
La biodisponibilidad de la metanfetamina está directamente relacionada con la vía de administración utilizada y con la correcta aplicación de cada técnica en la administración. Utilizarlas adecuadamente es fundamental para reducir riesgos y posibles daños, garantizando una mayor seguridad y control sobre la experiencia.
Dosis orientativas
La metanfetamina presenta un estrecho margen de seguridad: la diferencia entre las dosis que provocan los efectos deseados y efectos adversos graves es muy pequeña. Las cantidades indicadas a continuación son orientativas y aplican para muestras puras y personas sin tolerancia previa:
Rango de dosis por vía oral
- Leve: 5 – 15 mg.
- Moderada: 15 – 25 mg.
- Elevada: 25 – 50 mg.
Rango de dosis por vía esnifada/intranasal
- Leve: 10 – 20 mg.
- Moderada: 20 – 30 mg.
- Elevada: 30 – 40 mg.
Rango de dosis por vía vaporizada (fumada en pipa)
- Leve: 15 – 35 mg.
- Moderada: 35 – 60 mg.
- Elevada: 60 – 80 mg.
Rango de dosis por vía rectal
- Leve: 5 – 15 mg.
- Moderada: 15 – 25 mg.
- Elevada: 25 – 35 mg.
Rango de dosis por vía inyectada
- Leve: 5 – 10 mg.
- Moderada: 10 – 20 mg.
- Elevada: 20 – 30 mg.
Duración de la metanfetamina
La duración de los efectos es extensa, aunque variable dependiendo de factores como el metabolismo, la vía de administración, la dosis y la tolerancia previa.
Aunque los efectos estimulantes y eufóricos iniciales pueden durar varias horas, posteriormente aparecen post-efectos o efectos residuales («bajón»), que pueden prolongarse significativamente según la frecuencia y cantidad utilizada.
Eliminación
El citocromo CYP2D6 es el principal encargado de la metabolización de la metanfetamina, que ocurre en el hígado [8]. Aproximadamente la mitad de la metanfetamina se excreta del cuerpo sin ser alterada, aunque esta proporción es variable según la vía de administración, la cantidad administrada y las diferencias individuales del metabolismo de cada persona.
El resto se transforma principalmente en anfetamina (speed) y 4-hidroximetanfetamina. Además, se producen otros metabolitos menores como 4-hidroxianfetamina, norefedrina y 4-hidroxinorefedrina.
El 90% de la sustancia se elimina a través de la orina y, en menor medida, también por el sudor. La velocidad de su eliminación y detección es variable según la persona, la cantidad utilizada y la frecuencia del consumo. Los tiempos de detección son los siguientes [9]:
- Sangre: 24 horas.
- Saliva: 72 horas.
- Orina: 46 – 169 horas.
Vías de administración
Oral
La administración oral de metanfetamina es una de las rutas más seguras, ya que los efectos aparecen de manera progresiva y tienen una duración más prolongada en comparación con otras vías.
Tras la ingesta, los efectos comienzan a manifestarse entre 15 minutos y 2 horas, dependiendo de factores como el contenido del estómago, el metabolismo individual y la presencia de otras sustancias. El pico máximo de efectos se alcanza aproximadamente entre 2 y 4 horas después de la ingesta. La fase de disminución de los efectos puede extenderse entre 6 y 12 horas, mientras que los efectos residuales o post-efectos pueden prolongarse hasta 24 horas o más [10].
Esnifada/intranasal
Debido a su mayor absorción, se necesita menos cantidad y se alcanzan efectos similares a la vaporización [11].
La administración intranasal de metanfetamina genera un inicio de efectos en pocos minutos. El pico máximo de efectos suele alcanzarse alrededor de las 2 horas después del consumo, mientras que la disminución de los efectos varía según la dosis y frecuencia de uso. Los efectos residuales pueden prolongarse por más de 24 horas.
Vaporizada (fumada en pipa de cristal)
La metanfetamina fumada en pipa de cristal es una de las formas más comunes de consumo y una de las vías asociadas a mayores riesgos. La absorción es menor en comparación con otras vías [12], por lo que generalmente se necesitan múltiples administraciones. Esto, sumado a la rápida disminución de los efectos principales y la prolongada duración de los efectos residuales, puede fomentar un patrón de uso compulsivo y aumentar el riesgo de efectos adversos [13].
Al ser vaporizada, la metanfetamina pasa directamente a los pulmones, desde donde se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo, alcanzando el cerebro en cuestión de segundos. Los efectos principales son breves, y los efectos residuales pueden variar según la frecuencia y cantidad de consumo.
La metanfetamina cambia de estado físico con el calor:
Rectal (Booty Boomp)
Rectal (Booty Bump)
La administración rectal de metanfetamina es relativamente segura comparada con vías más arriesgadas. Sin embargo, su absorción puede ser impredecible y errática [16] debido a las características anatómicas del recto.
El drenaje rectal se divide en dos zonas:
- Parte superior: la sustancia es transportada al hígado antes del torrente sanguíneo, sufriendo metabolismo hepático de primer paso, reduciendo su absorción.
- Parte inferior: la sustancia se absorbe directamente al torrente sanguíneo sin pasar por el hígado, generando absorción más rápida.
La absorción puede variar según factores como:
- Cantidad de líquido utilizada.
- Estado de la mucosa rectal.
- Capacidad de retención del líquido.
Inyectada (Slam)
Es, con diferencia, la vía de administración que conlleva mayores riesgos, especialmente relacionados con la dosificación y técnica de inyección, además de su potencial de abuso.
Al ingresar directamente al torrente sanguíneo, la sustancia es absorbida completamente, haciendo efecto en cuestión de segundos, alcanzando su máximo en pocos minutos, provocando unos efectos principales de menor duración.
Riesgos generales de la metanfetamina
Legalidad
La metanfetamina está incluida en la Lista II del Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, donde se agrupan sustancias con potencial de abuso y dependencia, pero con aplicaciones médicas reconocidas. Uno de los aspectos más controvertidos de la regulación en España es que las cantidades que determinan el tráfico no responden a criterios toxicológicos. Según la legislación vigente, poseer más de 0,3 gramos de metanfetamina puede ser considerado indicio de tráfico.
Adulteración
La adulteración se refiere a la presencia de otras sustancias en la metanfetamina, ya sea para aumentar el volumen de la muestra, modificar sus efectos o sustituirla total o parcialmente. Este fenómeno es una consecuencia no prevista de la Guerra contra las Drogas y puede representar un riesgo mayor para la salud que la propia sustancia [17]. En respuesta a esta problemática, en diversos países existen servicios de análisis de sustancias, a los que puedes acceder para conocer la composición de lo que vas a consumir.
A continuación, se muestran gráficos en tiempo real con los datos recopilados de muestras de sustancias vendidas como metanfetamina en España durante los últimos 12 meses.
Índice de adulteración
Porcentaje de muestras analizadas que presentan adulteración, por adición o sustitución, en comparación con aquellas que no han sido adulteradas.
Principales adulterantes
Identificación de los adulterantes más comunes presentes en las muestras de metanfetamina. No se incluyen otros compuestos originados por las condiciones de la síntesis clandestina, como impurezas o subproductos de síntesis.
Pureza media
Porcentaje de metanfetamina presente en las muestras analizadas.
Efectos adversos comunes
Pueden ocurrir incluso a dosis bajas o moderadas y afectar a cualquier persona.
- Disminución de la producción de saliva y sequedad bucal.
- Aumento de la temperatura corporal (hipertermia), sudoración excesiva y riesgo de deshidratación.
- Elevación de la presión arterial, vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos) e hiperglucemia (mayor azúcar en sangre).
- Dilatación pupilar, tensión mandibular y rigidez muscular.
- Inquietud y nerviosismo.
- Ego inflado y conductas poco empáticas.
- Retraimiento social y sentimientos de inseguridad.
- Toma de decisiones inadecuadas.
Efectos adversos graves/infrecuentes en el uso.
El riesgo de aparición de estos efectos depende de la cantidad y frecuencia de uso, pero también influyen otros factores no relacionados directamente con la sustancia.
- Cambios en la vista o visión borrosa.
- Aceleración mental y disminución del rendimiento cognitivo.
- Alucinaciones visuales, auditivas o perceptivas.
- Mayor riesgo de problemas bucales en usos habituales, especialmente en personas que descuidan la hidratación y la higiene bucal.
- Insomnio o sueño no reparador, cambios de humor e irritabilidad.
- Problemas vasculares en las extremidades.
- Conductas compulsivas.
- Afecciones cardiovasculares graves.
Riesgos asociados a la sexualidad
Efectos adversos en el uso sexualizado
- Pérdida del deseo sexual.
- Dificultades en la erección y la dilatación.
- Menor lubricación natural.
- Dificultades en alcanzar el orgasmo y/o la eyaculación.
- Complicaciones al limitar en el tiempo la actividad sexual y/o la búsqueda de encuentros.
- Arrepentimiento por experiencias sexuales no planificadas.
Efectos adversos en la vivencia de la sexualidad
La sexualidad es un aspecto central de la identidad humana que influye en nuestras relaciones, emociones y bienestar psicológico. Más allá de las prácticas sexuales, la manera en que experimentamos nuestra sexualidad puede condicionar la gestión del consumo de sustancias y, en particular, su uso en contextos sexualizados.
Riesgos asociados al género
La evidencia empírica sobre el uso de metanfetamina se basa principalmente en estudios realizados con hombres cisgénero, mientras que las investigaciones sobre sus efectos en mujeres cisgénero son escasas, y en hombres y mujeres trans son prácticamente inexistentes.
Como ocurre con otras sustancias [29], los efectos de la metanfetamina podrían variar en función del ciclo menstrual y, por tanto, las hormonas sexuales podrían condicionar sus efectos, aunque actualmente no hay estudios que lo confirmen. Sin embargo, existe una investigación que indica que las mujeres cisgénero experimentan menos efectos positivos en la esfera sexual en comparación con los hombres cisgénero [30].
Mayores riesgos de uso problemático
La metanfetamina es una sustancia especialmente difícil de gestionar, y esta dificultad puede aumentar en el uso sexualizado, especialmente en los siguientes casos:
LGBTIfobia interiorizada [18, 19, 20]
La LGBTIfobia interiorizada es la internalización de prejuicios y estigmas sobre la propia sexualidad en personas LGBTI+. Puede manifestarse en vergüenza, auto-rechazo, dificultad para conectar emocionalmente en relaciones afectivas o sexuales y una percepción negativa de la propia identidad. En estos casos, la metanfetamina puede causar problemas graves si se utiliza para:
- Poder desinhibirse sexualmente.
- Evitar pensamientos de culpa o vergüenza que dificultan disfrutar de la experiencia.
Masculinidad homonormativa [21, 22, 23]
La masculinidad homonormativa hace referencia a un ideal de masculinidad dentro de la comunidad gay que reproduce normas tradicionales de género: hipersexualización, culto al cuerpo, rechazo de lo femenino y búsqueda de validación a través del deseo ajeno. Este modelo establece jerarquías basadas en la apariencia física, la virilidad y el rendimiento sexual. En estos casos, la metanfetamina puede suponer un mayor riesgo si se utiliza para:
- Cumplir expectativas sociales sobre el rendimiento sexual.
- Disfrutar de prácticas sexuales que la persona suele rechazar o no logra experimentar plenamente por asociarlas con lo femenino.
Falta de intimidad [24, 25, 26]
La intimidad en la sexualidad es clave, ya que implica confianza, comunicación y la capacidad de mostrarse vulnerable. Favorece el placer mutuo y mejora la calidad de las experiencias sexuales. Las dificultades para establecer vínculos íntimos y genuinos pueden llevar a buscar con mayor frecuencia los efectos de la metanfetamina, lo que puede desencadenar consecuencias negativas.
El uso de metanfetamina puede volverse problemático en estas situaciones cuando se utiliza para:
- Poder desinhibirse sexualmente sin necesidad de intimidad previa.
- Aliviar la insatisfacción sexual derivada de la ausencia de intimidad.
Mayor riesgo de transmisión de VIH e ITS
Aunque la metanfetamina suele asociarse a un aumento del riesgo de transmisión de VIH e ITS por los efectos que pueden causar en la esfera sexual, esta afirmación no es precisa si no se valoran otros factores, como las prácticas sexuales. Si tenemos en cuenta los efectos de la metanfetamina, las prácticas sexuales que pueden representar un mayor riesgo son [27]:
- Participar en orgías o tener encuentros sexuales sucesivos con personas diferentes.
- Mayor duración de los encuentros sexuales.
- No utilizar métodos preventivos.
Efectos adversos en procesos de crianza
Para cualquier persona que esté considerando iniciar un proceso de crianza, independientemente de su género, es fundamental conocer los posibles efectos adversos del consumo de metanfetamina en la fertilidad, el embarazo, el desarrollo infantil y la lactancia. Aunque la evidencia científica aún es limitada en algunos aspectos, ciertos estudios han identificado riesgos potenciales.
- Fertilidad: no existe evidencia concluyente sobre el impacto de la metanfetamina en la fertilidad. Sin embargo, su uso habitual y prolongado podría alterar los ciclos menstruales, afectando indirectamente la capacidad reproductiva [31].
- Embarazo: la metanfetamina atraviesa la placenta, exponiendo al feto a sus efectos. Esto puede aumentar el riesgo de parto prematuro y generar efectos adversos en el desarrollo fetal [32, 33].
- Nacimiento: el consumo excesivo de metanfetamina durante el embarazo se ha asociado con puntuaciones más bajas de excitación, mayor letargo y un incremento del estrés fisiológico en personas recién nacidas. Sin embargo, estos efectos no se han observado en casos de consumo esporádico [34].
- Desarrollo: el consumo combinado y habitual de metanfetamina, alcohol y tabaco durante el embarazo, se ha relacionado con una reducción del peso, la talla y el perímetro cefálico en personas recién nacidas [35].
- Lactancia: la metanfetamina y su principal metabolito activo, la anfetamina, se excretan a través de la leche materna y pueden permanecer en ella entre 48 y 100 horas [36].
Efectos tóxicos/sobredosificación
Psicosis anfetamínica
El consumo de metanfetamina aumenta el estado de alerta, reduce la necesidad de sueño y puede generar hipervigilancia. Estos efectos pueden alterar la percepción de la realidad, favoreciendo la aparición de síntomas como la desconfianza o la interpretación errónea de conversaciones y situaciones.
Consumir metanfetamina en entornos inseguros o con personas desconocidas puede incrementar el riesgo de desarrollar creencias paranoides, como la sensación de que alguien habla mal de ti o la percepción de dobles sentidos en palabras que nadie más entiende.
Si estas señales de alarma aparecen y el consumo continúa, existe un riesgo elevado de desarrollar una psicosis anfetamínica, caracterizada por:
- Paranoia persecutoria.
- Delirios y alucinaciones (auditivas o táctiles).
- Conductas erráticas de huida o agresión.
En la mayoría de los casos, los síntomas de la psicosis anfetamínica desaparecen cuando cesan los efectos de la metanfetamina y la persona logra descansar. Sin embargo, en algunas situaciones, pueden prolongarse más de 24 horas y requerir atención médica especializada.
Existe un mayor riesgo de desarrollar estos episodios en personas con:
- Antecedentes familiares de trastornos mentales, especialmente trastornos psicóticos.
- Trastornos de personalidad o personalidades con predisposición a alterar la percepción de la realidad.
- Consumo frecuente, especialmente en contextos de alta carga emocional o estrés.
En estos casos, los episodios psicóticos pueden aparecer sin necesidad de privación de sueño y, si se repiten con frecuencia y se combinan con otros factores estresantes, pueden desencadenar un trastorno psicótico persistente.
Problemas cardiovasculares
El uso excesivo de metanfetamina sobrecarga el sistema cardiovascular, aumentando el riesgo de eventos potencialmente mortales. Los principales efectos adversos incluyen:
- Hipertensión arterial (aumento peligroso de la presión sanguínea).
- Arritmias (alteraciones en el ritmo cardíaco).
- Cardiomiopatía (debilitamiento del músculo cardíaco).
- Infarto de miocardio o accidente cerebrovascular en casos extremos.
El riesgo cardiovascular es mayor en personas con enfermedades cardíacas preexistentes o en aquellas que combinan metanfetamina con otras sustancias estimulantes.
Rabdomiólisis
En contextos de altas temperaturas, deshidratación y actividad física intensa, el consumo de metanfetamina puede provocar una condición grave conocida como rabdomiólisis, caracterizada por:
- Destrucción rápida del tejido muscular.
- Liberación de sustancias tóxicas en la sangre.
- Insuficiencia renal aguda debido a la sobrecarga de toxinas.
Este efecto tóxico puede derivar en complicaciones severas si no se recibe atención médica inmediata.
Meth Mouth
El consumo habitual de metanfetamina se ha asociado con un deterioro acelerado de la salud bucal, un fenómeno conocido como «Meth Mouth», que se caracteriza por:
- Caries avanzadas y fracturas dentales.
- Pérdida de piezas dentales.
- Sequedad bucal extrema, que favorece la proliferación bacteriana.
- Bruxismo (rechinar de dientes constante), que desgasta el esmalte.
- Descuido de la higiene oral, lo que agrava el daño.
La combinación de estos factores acelera la descomposición dental, generando un deterioro severo en la apariencia y salud bucal de quienes consumen la sustancia de manera frecuente.
Meth Mites
En consumos prolongados y excesivos, algunas personas experimentan una sensación de picor intenso en la piel, lo que puede derivar en:
- Rascado compulsivo hasta causar heridas abiertas.
- Infecciones cutáneas debido a la exposición de la piel lesionada.
- Alucinaciones táctiles (sensación de que insectos o “ácaros” están bajo la piel).
Este comportamiento suele estar asociado con la falta de descanso, deshidratación y consumo sostenido, que puede debilitar la respuesta del sistema inmune ante infecciones de la piel.
Posible riesgo de neurotoxicidad
El consumo accidental o de dosis elevadas de metanfetamina en personas sin tolerancia puede conllevar un posible riesgo de neurotoxicidad. Aunque la metanfetamina ha sido descrita como una sustancia neurotóxica en diversas fuentes, esta afirmación se basa principalmente en estudios con modelos animales, donde se han administrado dosis extremadamente altas por vía inyectada [34].
No podemos afirmar que la metanfetamina sea neurotóxica extrapolando directamente la evidencia en animales a seres humanos, especialmente porque los modelos experimentales no reflejan los patrones de uso habituales. Sin embargo, estos estudios sugieren que en casos de consumo accidental de dosis muy altas en personas sin tolerancia, podría haber un riesgo real de neurotoxicidad.
Aunque existen estudios con personas que lo afirman, la mayoría utilizan instrumentos inadecuados, metodologías poco rigurosas y apoyan sus conclusiones con los modelos animales[35]. Si bien las personas con un uso problemático y prolongado de metanfetamina pueden presentar dificultades cognitivas, se ha demostrado que aquellas que logran mantener la abstinencia suelen recuperar estas funciones con el tiempo [36].
Precaución
El riesgo de aparición de efectos adversos graves puede aumentar en ciertos casos. El uso de metanfetamina debería evitarse especialmente en personas con:
- Problemas con otras sustancias, incluyendo antecedentes.
- Trastornos de salud mental, especialmente aquellos de tipo psicótico.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Alergia o sensibilidad a sustancias estimulantes.
- Glaucoma.
- Arteriosclerosis avanzada.
- Hipertiroidismo.
- Síndrome de Tourette, tics motores o agitación severa.
- Diabetes.
Interacciones
Combinación de efectos
Estimulantes
La combinación de metanfetamina con sustancias estimulantes, como la cocaína, las anfetaminas (speed y Elvanse®), la cafeína, el metilfenidato (Ritalin®, Concerta®, Rubifen®, etc.) o el bupropion, puede aumentar sus efectos, incrementando el riesgo de sobreestimulación subjetiva y accidentes cardiovasculares.
Depresores
La combinación de metanfetamina con sustancias depresoras, como el alcohol, las benzodiacepinas, el GHB/GBL o la ketamina, puede provocar un enmascaramiento de los efectos de una o ambas sustancias, lo que puede llevar a consumir mayores cantidades. Es importante tener en cuenta este enmascaramiento, ya que los efectos de la metanfetamina suelen ser más prolongados que los de las sustancias depresoras. Una vez que estas últimas dejan de hacer efecto, los efectos estimulantes pueden intensificarse de forma abrupta.
Psicodélicos
La metanfetamina puede disminuir los efectos visuales e introspectivos de los psicodélicos. Sin embargo, esta combinación también puede aumentar los efectos negativos asociados a la sobrestimulación, elevando el riesgo de ansiedad, pensamientos obsesivos o un viaje difícil. Además, al ser más difícil relajarse, dificulta poder gestionar la experiencia.
Opioides
La combinación de metanfetamina con opioides puede potenciar los efectos de estos últimos.
Antidepresivos
Los efectos estimulantes de la metanfetamina pueden reducirse debido a la acción de algunos antidepresivos, especialmente los ISRS y los tricíclicos. Sin embargo, se aumenta el riesgo de síndrome serotoninérgico. Por otro lado, la combinación con IMAO se ha asociado con casos graves de crisis hipertensivas, que pueden ser mortales.
Alcohol
La combinación de alcohol y metanfetamina puede favorecer la deshidratación, como resultado del efecto diurético del alcohol junto con el aumento de la temperatura corporal que puede producir la metanfetamina. Esta interacción puede generar malestar físico, especialmente en contextos de actividad prolongada o falta de hidratación adecuada.
MDMA
La combinación de MDMA y metanfetamina puede aumentar la probabilidad de experimentar efectos físicos relacionados con la regulación térmica, como la deshidratación o el golpe de calor, especialmente en contextos de actividad física intensa o espacios calurosos. La metanfetamina incrementa la temperatura corporal y el MDMA interfiere en la capacidad de regularla.
GHB/GBL
El efecto rebote del GHB y GBL suele manifestarse aproximadamente cuatro horas después de su consumo. Este efecto tiene un carácter estimulante, asociado a un aumento indirecto de la dopamina en el cerebro. Esta subida dopaminérgica puede provocar síntomas como hiperactividad, agitación o incluso episodios de hipervigilancia. La combinación con otros estimulantes podría incrementar el riesgo de aparición de estos efectos no deseaos, especialmente si el consumo es repetido o prolongado.
Cannabis
Las interacciones del cannabis con otras sustancias pueden variar en función de la proporción de cannabinoides. Una mayor presencia de THC incrementa la probabilidad de experimentar efectos negativos, como ansiedad, paranoia o incluso el desencadenamiento de un episodio psicótico, especialmente en sesiones prolongadas o en personas con antecedentes de problemas de salud mental.
Interacciones por el metabolismo
Otra forma en que una sustancia puede interactuar con otra es interfiriendo en su metabolismo, es decir, modificando la concentración de sustancia activa en el organismo y el tiempo que permanece en circulación. En el caso de la metanfetamina, su metabolismo depende principalmente de la enzima CYP2D6.
La combinación con otras sustancias podría inhibir la actividad de la enzima, inducir una mayor actividad o competir contra la metanfetamina para ser metabolizada. Las combinaciones que inhiben la CYP2D6 o compiten por esta vía metabólica representan las interacciones de mayor riesgo.
Gestión de placeres y riesgos
Recomendaciones para un uso más seguro de la metanfetamina
La metanfetamina es una sustancia de difícil manejo que requiere tener una mayor conciencia sobre su uso. Para un consumo más seguro, es fundamental no solo conocer las estrategias de reducción de riesgos y daños, sino también comprender los factores que influyen en su uso. A continuación, te ofrecemos recomendaciones clave para minimizar riesgos y favorecer una experiencia más segura.
Asegúrate de la calidad
- La única forma fiable de conocer la composición y pureza de una sustancia es mediante los servicios de análisis. Siempre que sea posible, analiza antes de consumir.
- Adquirir la sustancia de fuentes de confianza puede reducir el riesgo de adulteración, pero no garantiza su calidad. Incluso la persona que distribuye puede desconocer si el producto está adulterado.
- Empieza con una dosis test: si desconoces la pureza, prueba con una pequeña cantidad y espera para valorar los efectos. Esto ayuda a evitar reacciones inesperadas y ajustar el ritmo de la noche.
Utiliza las vías más seguras
Las vías de administración oral e intranasal son más seguras que la vaporizada y la inyectada, y la rectal es más segura que esta última. A continuación, te explicamos cómo reducir riesgos en cada una de ellas.
Oral
- Prepara la dosis con antelación. Puedes usar cápsulas vacías o envolver la sustancia en papel de fumar para hacer «bombitas».
- Evita consumir con el estómago lleno. Lo ideal es comer antes y esperar a completar la digestión.
- Ten paciencia: en algunas personas, los efectos pueden tardar más de 30 minutos en aparecer. Si tienes el estómago lleno, pueden tardar hasta 2 horas.
Esnifada (en polvo)
- Pulveriza bien la sustancia antes de esnifarla. Cuanto más fina sea la textura, mejor se absorberá y menos daño provocará en las fosas nasales.
- Utiliza una superficie limpia y no compartas el turulo para evitar la transmisión de infecciones respiratorias o enfermedades pulmonares.
- Para triturar correctamente la sustancia y evitar que salte al presionarla, colócala dentro de una bolsa zip o entre dos hojas de papel, y tritura con un objeto firme como un mechero.
- Haz líneas más largas que anchas para distribuir mejor la sustancia en la mucosa y reducir la sensación de quemazón.
- Aspira un poco de suero fisiológico o agua tibia después del consumo, esto te ayudará a acabarla de absorber, eliminar los restos y reducir posibles irritaciones.
- Si el consumo es habitual, considera mezclarla con sprays nasales para cuidar la mucosa y prevenir lesiones importantes.
Vaporizada en pipa de cristal
La técnica de vaporizar es compleja y es necesario aprenderla adecuadamente para reducir el riesgo de compulsión en el consumo.
- Si eres principiante, usa un mechero en lugar de un soplete y ten paciencia.
- Para tener más consciencia sobre la cantidad utilizada:
- Evita sobrecargar la pipa. Decide la dosis que quieres utilizar antes de introducir cualquier cantidad en la pipa, también te ayudará a no quemarla.
- Consume la dosis en el menor número de administraciones posibles. Esto facilita que los efectos deseados se puedan asociar a una acción determinada en el tiempo en vez de al azar, lo que ayudaría a reducir el riesgo de compulsividad.
- Evita compartir la dosis que has introducido en la pipa, ya que es difícil saber la proporción que acaba utilizando cada persona.
- Para optimizar la absorción de metanfetamina, evitar la redosificación excesiva y reducir el gasto económico:
- Si la sustancia se torna marrón, indica que ha sido sobrecalentada, lo que puede generar compuestos tóxicos y provocar su degradación.
- Mantén siempre la fuente de calor a una distancia segura: entre 1 y 2 cm si usas mechero, y entre 5 y 7 cm si utilizas soplete.
- Calienta la metanfetamina hasta su punto de fusión para que se vuelva líquida, rota la pipa hacia los lados para que pueda distribuirse de forma homogénea por la bola. Recuerda mantener este movimiento cada vez que esté en formato líquido.
- A continuación, lleva la sustancia a ebullición hasta que el humo llene la bola de la pipa, momento en el que puedes comenzar a inhalar.
- Evita aplicar la fuente de calor de forma directa o fija sobre la metanfetamina. En su lugar, realiza movimientos circulares con el mechero o rota suavemente la pipa después de haberla distribuido.
- Apaga la fuente de calor antes de finalizar la inhalación. Esto permite reutilizar el aire aspirado para enfriar y solidificar la cantidad.
- Para evitar quemaduras u otros daños:
- Utiliza una bandeja metálica o una jabonera para apoyar la pipa con seguridad. La temperatura que alcanza el cristal puede provocar quemaduras y dañar superficies de plástico u otros materiales.
- Mantén tu pipa limpia, puedes limpiarla utilizando una olla y ponla a hervir con agua y lejía. Para eliminar mejor los residuos incrustados puedes utilizar una escobilla.
- En el caso de los bongs, el agua funciona como filtro: ayuda a enfriar el humo, lo que reduce la irritación en garganta y vías respiratorias.
Vía rectal
- Para aplicarla, disuelve la dosis en agua destilada o suero fisiológico (2 ml suele ser suficiente).
- Puedes utilizar una jeringa sin aguja o una perilla rectal para introducir la mezcla en el recto.
- Lava bien el aplicador antes y después de usarlo.
- Puedes usar lubricante para evitar molestias o pequeñas lesiones.
- Evita compartir el aplicador.
Vía inyectada
- Si no sabes inyectarte, es mejor no aprender en un contexto de consumo.
- Responsabilízate de tu consumo y evita fiarte de otras personas para que te inyecten.
- Si estás teniendo problemas con esta vía, cambiarla por la rectal te ayudará a reducir riesgos y daños.
- La información aquí disponible no es suficiente para garantizar la salud. Accede a recursos que te proporcionen la información adecuada, como Safer Injecting Tips o Getting Off Right. Si haces Slam, tienes está guía de gTt-VIH.
- En algunas ciudades, como Barcelona, existen servicios públicos de reducción de daños que te recomendamos contactar para asesorarte.
- Puedes contactar con nosotres si tienes dudas o necesitas orientación.
Gestiona tu dosis
- Mide con precisión la cantidad a consumir. Usa una báscula de precisión en casa para familiarizarte con las dosis (pero nunca la lleves contigo).
- Minimiza la frecuencia de las dosis. Es preferible conseguir el efecto con una única dosis adecuada, en lugar de tomar varias pequeñas que pueden llevarte a repetir el consumo innecesariamente.
- Espacia las tomas. Deja un tiempo prudencial entre dosis para evitar la sobreestimulación y mantener los efectos de manera más estable.
- Si alguien te ofrece más, valora cómo te sientes y cuánto tiempo ha pasado desde la última dosis antes de aceptar.
Ponte límites y respétalos
- Establece un presupuesto y decide de antemano cuánto dinero estás dispuesto a invertir. Evitar gastos impulsivos puede ayudarte a mantener el control y prevenir un exceso en los gastos.
- Fija una cantidad máxima de consumo por sesión. Planifica la dosis con antelación y, si tienes dificultades para llevar esto a cabo, evita llevar más de lo necesario para reducir el riesgo de sobrepasarte.
- Define el tiempo que dedicas a la fiesta. Poner un tope horario y respetarlo te permitirá mantener un mejor equilibrio y evitar alargar el consumo más de lo previsto.
- Cede el consumo si aparecen sentimientos de inseguridad, ansiedad, malestar o creencias sobre que alguien está hablando mal de ti, tómate un momento para evaluar la situación. Pregúntate si el entorno, la compañía o el tiempo que llevas despierto está influyendo en tu estado emocional.
- Evita que el consumo sea habitual, la tolerancia con la metanfetamina se desarrolla con rapidez. Esto te ayudará a mantener los efectos positivos con la menor cantidad de sustancia.
Autocuidados
- Aliméntate. Aunque no sientas hambre o sed, tu cuerpo sigue necesitando energía y líquidos.
- Bebe un vaso de agua regularmente, hidratarse es especialmente importante si se utilizan estimulantes.
- Utiliza bebidas isotónicas si estás teniendo sudoración en exceso. En estos casos, evita también beber grandes cantidades de agua en poco tiempo para evitar una hiponatremia (bajada peligrosa de sodio en sangre).
- Busca momentos de descanso. Aunque estés en un entorno activo, intenta desconectar de vez en cuando y poner pausas al consumo: siéntate en un lugar tranquilo, respira profundamente o cierra los ojos unos minutos.
- Escucha a tu cuerpo. Si notas fatiga, tensión muscular o agotamiento, tómate un respiro en un espacio cómodo y seguro.
- Si sientes agotamiento, intranquilidad o agobio, detener el consumo y cambiar a un ambiente más tranquilo puede ser la mejor opción para evitar una mala experiencia.
Cuida tu entorno y permite que tu entorno te cuide
- El contexto en el que consumes influye directamente en los efectos de la sustancia. Rodearte de personas de confianza y escoger un ambiente adecuado puede ayudarte a tener una experiencia positiva.
- Comunica tus límites y necesidades. Explica a tu grupo cuánto planeas consumir y cómo quieres gestionar tu sesión para que puedan apoyarte si es necesario.
- Observa el estado de quienes te rodean. Si alguien necesita ayuda, ofrécele apoyo o busca asistencia. Cuidarse mutuamente mejora la seguridad de todas las personas.
- Actúa respetando el entorno. Respetar a las demás personas y cuidar el espacio donde te encuentras contribuye a que el ambiente sea más agradable y atractivo.
Ten discreción en la adquisición y el transporte
- Planifica la compra con antelación: evita compras impulsivas en momentos de urgencia, especialmente en eventos o a través de aplicaciones de geolocalización o mensajería.
- Opta por fuentes de confianza: si decides adquirir sustancias, hazlo con alguien de referencia y, siempre que sea posible, analiza la sustancia antes de consumirla.
- Sé discreto en las comunicaciones: evita hablar sobre el tema en lugares públicos, en grupos grandes o con personas que no conoces.
- Lleva solo lo que vayas a consumir: llevar más de 0,3 gramos se considera delito. Transporta la cantidad mínima necesaria para tu consumo personal. Si te abasteces con más cantidad, asegúrate de utilizar objetos de ocultación en los que esconder la sustancia.
- Evita llevarla a la vista: guárdala en un lugar seguro y de difícil acceso, evitando sobres, bolsas o envases llamativos que puedan levantar sospechas.
- Evita transportarla durante la noche, bajo los efectos de las sustancias o en contextos donde puedas ser registrado, ya que esto aumenta el riesgo de problemas.
Recomendaciones generales sobre sexualidades psicoactivas
Toma conciencia de tus motivaciones
- Detente un momento y pregúntate: ¿por qué quiero consumir metanfetamina?
¿Qué deseo obtener con esta experiencia? ¿Busco mejorar una vivencia positiva o evitar algo que me impide disfrutarla? - ¿Has vivido situaciones de discriminación, rechazo o violencia relacionadas con tu sexualidad
o con otras características que te definen socialmente? Reconocer estas vivencias es un acto de cuidado. Reflexiona si has podido procesarlas de forma saludable o si simplemente las has dejado pasar sin prestarles atención. - No es raro que muchas personas usen sustancias para desinhibirse, liberarse de bloqueos o conectar con aspectos de sí mismas que no se sienten cómodas explorando en sobriedad. Esta “automedicación” puede ofrecer un alivio inicial, pero a la larga puede derivar en
problemas de salud. - Asegúrate de que tus motivaciones sean positivas. Esto no significa que todo tenga que ser perfecto, sino que nazca de un deseo genuino de experimentar, de sentir más placer, más conexión o más libertad.
Huye de los prejuicios y de los discursos de odio
- La sexualidad y el uso de sustancias siguen siendo temas tabú en muchos contextos.
A menudo, las personas que combinan ambas dimensiones se enfrentan al estigma,
incluso dentro de la propia comunidad LGTBI+. - Reivindica tu derecho a disfrutar de tu sexualidad y a acceder a información relevante para tu salud.
- Cuestiona los discursos que te hagan sentir mal o que promuevan el estigma hacia otras personas o grupos. En su lugar, apuesta por narrativas que promuevan el cuidado, el conocimiento, el empoderamiento y la empatía.
- Recuerda: el problema no está en lo que haces o en cómo eres, sino en la
falta de información, empatía o apertura de quienes te hacen sentir culpa o vergüenza.
Construye una red de cuidados
- La autonomía también implica reconocer cuándo y con quién compartir tus decisiones.
No siempre podemos cuidarnos en soledad, y hacerlo en compañía puede ser una forma poderosa de protección y bienestar. - Tener una red de cuidados significa contar con personas con quienes puedas hablar
abierta y sinceramente sobre lo que vives, lo que deseas y lo que necesitas. No se trata solo de tener compañía, sino de crear vínculos significativos. - Crea vínculos basados en la confianza, la escucha, la empatía y el respeto mutuo.
Vivimos en una época donde las redes sociales tienden a sobrevalorar aspectos superficiales de las relaciones. Evita los vínculos basados únicamente en la apariencia, el consumo o la validación externa. - Rodéate de grupos diversos: amistades con distintas trayectorias, personas con quienes compartas códigos, pero también otras que te ayuden a salir de dinámicas centradas solo en la fiesta o el consumo. Lo más importante es que no te juzguen y que puedas ser tú sin máscaras ni miedo.
- Los límites son saludables y necesarios. Aprende a ponerlos con asertividad y aléjate de quienes no los respeten.
- Prioriza a personas con conocimientos sobre reducción de riesgos para compartir espacios de consumo. Evita hacerlo con desconocides o en contextos que no te transmitan seguridad.
- Cuanto más sólida sea tu red, más difícil será tener experiencias negativas.
Empóderate de quién eres y participa en la comunidad
- La identidad es diversa, fluida y única. No tienes por qué encajar en las categorías impuestas para sentir que tu identidad es válida como el resto.
- Busca y participa en espacios comunitarios donde puedas conectar con personas que compartan vivencias, valores o deseos similares. Construir comunidad también es una forma de autocuidado y resistencia.
- Involúcrate en acciones de solidaridad social.
A veces, ofrecer apoyo sin esperar nada a cambio genera un sentido profundo de conexión y pertenencia. Cultivar la gratitud compartida es mejor que buscar validación a través del deseo ajeno.
Recomendaciones sobre el uso sexualizado de la metanfetamina
Cuida tu salud sexual
- Anticípate si vas a tener sexo durante muchas horas o bajo los efectos de sustancias. La metanfetamina puede dañar los preservativos con el paso del tiempo y dificultar su uso. Lleva contigo suficientes:
- Preservativos u otras barreras de látex (para sexo oral, fisting, etc.).
- Lubricante compatible (preferiblemente a base de agua o silicona).
- Si es el caso, la PrEP o el Tratamiento Antirretroviral (TAR).
- Usa lubricante con frecuencia. El sexo prolongado y la deshidratación pueden provocar sequedad, favoreciendo microlesiones que aumentan el riesgo de transmisión de ITS.
- Evita compartir lubricante, especialmente si practicas fisting, y limpia bien los juguetes sexuales antes de compartirlos o cúbrelos con un preservativo nuevo por persona. Las partículas microscópicas de sangre pueden contener la hepatitis C, que puede resistir hasta dos semanas fuera del cuerpo humano.
- Hazte pruebas de VIH y otras ITS regularmente. Detectarlas a tiempo permite iniciar tratamiento y cortar cadenas de transmisión. Si tienes un diagnóstico positivo, informa a tus parejas sexuales de forma responsable. Existen servicios que pueden ayudarte a hacerlo de manera anónima y segura.
Establece vínculos íntimos
- El sexo casual puede resultar estimulante y placentero. Sin embargo, si estás utilizando metanfetamina, es fundamental que también mantengas vínculos íntimos y afectivos con una o más personas. Cuando estos lazos faltan, es más probable recurrir con mayor frecuencia al consumo de metanfetamina u otros estimulantes para suplir la falta de conexión emocional o intensificar el placer.
- Las aplicaciones de geolocalización basadas en la apariencia física no suelen ser el mejor medio para construir vínculos significativos. Intenta explorar otros espacios, donde puedas relacionarte con personas afines, en contextos no vinculados al sexo ni al ocio nocturno.
Comunica y pacta
- Expresa tus límites con claridad: prácticas sexuales, número de personas, sustancias y vías de administración que estás dispuesto a utilizar.
- Acuerda el uso de aplicaciones de geolocalización durante la sesión. Si lo consideras necesario, establece un límite de tiempo para su uso.
- Ofrece y pide descansos regularmente, especialmente si hay sudoración y actividad física intensa.
- Establecer un límite de tiempo para finalizar la sesión te ayudará a evitar excederte en el tiempo invertido y tendrás un menor desgaste físico y mental. Para prevenir el reenganche a otra sesión, es recomendable cerrar las aplicaciones de geolocalización una vez hayas decidido terminar.
- Si durante la sesión han participado personas con las que no tienes confianza o vínculo, puedes aprovechar las horas posteriores para ver a tus amistades, reconectar contigo u ordenar tu espacio.
Conóce tus límites
Si usas metanfetamina, es posible que sientas deseo de experimentar o traspasar barreras que antes no te habías planteado. Para evitar remordimientos y sentimientos de culpabilidad, es importante:
- Conocerte previamente: qué deseas, qué te excita, qué te genera malestar.
- Reconocer tus propios límites para no sobrepasarlos.
- Aceptar si te atraen prácticas kink, y explorarlas de manera informada, segura y consensuada.
Aprende a gestionar tu uso sexualizado
- Evita excederte en el consumo de metanfetamina, especialmente si tienes previsto realizar prácticas que impliquen dilatación anal o vaginal. Esta sustancia provoca vasoconstricción, lo que puede dificultar la irrigación sanguínea y aumentar el riesgo de lesiones o complicaciones durante estas prácticas.
- Si practicas pissing, es fundamental mantener una buena hidratación. Evita la ingesta de orina si presenta un color amarillo oscuro, ya que puede indicar una alta concentración de metanfetamina y otros residuos. Esta sustancia se elimina en parte a través de la orina, y su introducción en el recto o su ingesta podría suponer riesgos añadidos, especialmente si la persona no se ha hidratado, lleva varias horas sin orinar y ha estado consumiendo de forma continuada.
- Si sueles vaporizar metanfetamina y estás teniendo dificultades para gestionarla, pero te resulta difícil separarte del elemento sensorial o erótico del humo, puedes considerar utilizar vías de administración más, priorizándolas para lograr los efectos deseados, y reservar el uso vaporizado para momentos puntuales en los que desees erotizar el humo.
- Evita presionarte o exigir a otras personas mantener una erección durante toda la sesión. La metanfetamina puede dificultar la respuesta sexual, especialmente cuando hay estrés o presión por rendir sexualmente. Forzarlo solo añade más dificultad y facilita la desconexión.
- Recuerda que el sexo no se limita a un pene erecto ni a la penetración. Para muchas personas, la penetración no es la práctica que genera mayor placer. Aprovecha para explorar nuevas formas de mantener sexo:
- Estimulación de otras zonas erógenas.
- Prácticas no centradas en la penetración.
- Tribadismo (frotamiento genital).
- Cuidar el final de la sesión es tan importante como su preparación. Planificarlo con antelación puede ayudarte a reducir riesgos y gestionar mejor el bajón.
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