Descripción
Es un tipo de fetichismo consistente en la excitación sexual producida por las heces. Implica la atracción por ver, oler, tocar o saborear las heces.
Aunque el riesgo de transmisión del VIH para esta práctica es muy bajo, el contacto con heces humanas implica riesgos significativos de transmisión de otros patógenos. Al contrario de lo que sucede con la orina, que es estéril, el colon está lleno de bacterias. Muchas de ellas son benignas en su hábitat natural pero pueden producir enfermedades en contacto con la piel (sobre todo si hay heridas) y las mucosas del cuerpo.
El riesgo es mayor al ser ingeridas. La posibilidad de transmisión del Virus de la Hepatitis A, parásitos intestinales o bacterias que pueden causar enfermedades en humanos es significativo en este sentido.
Consejos
El contacto con heces propias implica, de forma general, menos riesgos que con las de otras personas.
El uso de guantes puede reducir de forma significativa el riesgo de infección. Si hay contacto con la piel debe aplicarse un lavado con desinfectante médico al terminar la sesión.
La coprofagia (el acto de comer las heces) es la práctica que mayor riesgo implica. Sólo debería practicarse si se está seguro del buen estado de salud de la otra persona. Como medida de reducción de riesgos se propone oler en lugar de comer, ya que el contacto fecal-oral es la principal fuente de infección.
El riesgo es extremadamente alto para personas inmunodeprimidas, con problemas de salud, o en el caso de diarreas.
La vacuna de la hepatitis A es muy recomendable para las personas interesadas en este tipo de prácticas. En el caso de presentar fiebre, pérdida de peso, diarrea u otros problemas se debe descartar una infección por parásitos.
Con respecto a las drogas
Algunas drogas, por ejemplo el cannabis, se eliminan parcial o totalmente a través de las heces. En los casos de coprofagia con una persona consumidora habitual o que acabe de consumir esta sustancia son posibles efectos mentales no deseados.
