El 23 de setiembre de 1999 fue la primera vez que el colectivo LGBTI+, y en especial la comunidad bisexual, reivindicó la visibilidad de la bisexualidad. Desde entonces, cada año se conmemora el Día Internacional de la Bisexualidad, también denominado el Día de la Visibilidad Bisexual.
La bisexualidad, como concepto, se concibe tras la concepción sobre la sexualidad producida a finales del s. XIX, que instauró la heterosexualidad y homosexualidad como formas de la sexualidad orientadas y caracterizadas por la atracción y deseos sexuales hacia un único género. La implementación de esta creencia, basada en una dicotomía, entiende la orientación y preferencia sexual desde dos posiciones contrarias. Esto ha permitido que, en la sociedad, se instaurara la idea sobre que estas no pueden coexistir en una persona. Por tanto, que la bisexualidad se cuestionara y fuera considerada como una confusión, un proceso de transición hacia la homosexualidad o, incluso, una consecuencia de la promiscuidad.
Esta bifobia desemboca situaciones de discriminación violentas que deben afrontar las personas bisexuales, tanto por personas heterosexuales como homosexuales.
A más, las personas bisexuales también se ven afectadas por las actitudes negativas hacia la homosexualidad, que, al interiorizarse, impidan reconocerse como tal. La vivencia de esta doble discriminación puede afectar a la vivencia de una sexualidad saludable, pero también a la salud sexual.
Por lo que hace al uso de drogas en contextos sexuales, en 2013 se llevó a cabo un estudio donde se observó como la transmisión del VIH se producía en mayor medida en mujeres que tenían relaciones con hombres que tenían una actitud negativa hacia la homosexualidad, pese a que tenían un uso sexualizado de drogas con personas de ambos géneros, y rechazaban reconocerse como bisexuales. La no aceptación, rechazo y desconexión hacia la comunidad LGBTI+ influye a no tomar medidas preventivas adecuadas y a no informar sobre los encuentros sexuales con hombres a las mujeres con las que se establecían relaciones estables, impidiendo que se tomaran medidas de prevención.
Desde Chem-Safe, vemos como la dicotomía existente en el modelo hegemónico de la sexualidad impacta negativamente en la salud de todas las personas y, además, como este influye específicamente en algunos aspectos que juegan un papel importante para determinar la gestión del consumo de drogas en contextos sexuales. La sexualidad es diversa y amplia, por ese motivo, es necesario visibilizar la bisexualidad como una realidad presente en la vivencia de la sexualidad de las personas.